11.4.10
La Política Energética de Venezuela y su sector privado
Hegemonía
Por Salvador Barragán Heredia
La Política Energética de Venezuela y su sector privado
(Publicado por Global Energy. Enero de 2010)
El 6.4% de todas las reservas probadas de petróleo que existen en la tierra se encuentran en Venezuela. Por ello, resulta lógico que la política energética de esta Nación se oriente principalmente a la explotación de este recurso natural. En nuestros días, la economía venezolana está petrolizada: un 90% de los ingresos petroleros dependen de las ventas por exportación y significan alrededor del 50% de los ingresos del presupuesto federal y 30% del Producto Interno Bruto.
El negocio petrolero produce algo más que 2.6 millones de barriles diarios (mbd), lo que los convierte en la novena potencia productora del orbe; su consumo es de apenas unos 0.6 mbd; situación que les permite exportar unos 2 mbd y posicionarse como la séptima potencia exportadora del mundo. La producción y sus subsecuentes ingresos, le ha permitido a Venezuela que en los últimos 10 años se haya reducido el número de pobres del 35% al 21%.
El camino del progreso petrolero no fue fácil. La historia del petróleo se remonta a los inicios del siglo pasado, cuando el mundo le dio importancia a ese recurso natural, justo cuando Venezuela presentaba circunstancias adversas para la debida explotación del mineral, pues era incapaz de contar con la tecnología adecuada, era inestable políticamente y tenía una frágil economía. Por ello, diversas empresas extranjeras que contaban con las técnicas para extraer el petróleo incursionaron en esta actividad aprovechando la incapacidad.
Además de ello, las empresas extranjeras se aprovecharon de la incipiente regulación que existía en la materia, sólo la denominada “Ley de Minas” regulaba los hidrocarburos y era urgente un ordenamiento de mayor alcance para regular las actividades inherentes, veamos:
i) Síntesis del marco jurídico energético
A partir de 1920, las actividades derivadas del petróleo se regulaban por las disposiciones contenidas en los contratos y en diversos ordenamientos, esto provocó inequidades por diferentes tratamientos a las disposiciones normativas, por lo que en 1943 se promulgó la denominada “Ley de Hidrocarburos”. Esta ley tuvo entre sus méritos unificar el tratamiento legal de los energéticos y mejoró sustancialmente la participación económica de la Nación mediante la aplicación de las leyes impositivas.
En 1943 el órgano legislativo aprobó la denominada “Ley del Impuesto Sobre la Renta”, con el objeto de establecer que el producto petrolero fuera repartido a mitades entre las empresas extranjeras que participaban en la actividad y el gobierno. La citada Ley logró su objeto y el órgano legislativo en 1972 atendió otros propósitos nacionales sobre hidrocarburos con la promulgación de la “Ley de Reversión” y la “Ley que Reserva al Estado la Explotación del Mercado Interno de los Productos Derivados de Hidrocarburos.”
Conformado el marco jurídico, una serie de hechos geopolíticos de gran trascendencia internacional como por ejemplo, la crisis energética y el fortalecimiento de la OPEP en la defensa del negocio petrolero, generaron un sentimiento nacionalista en Venezuela, que impulsó la promulgación de la “Ley de Bienes Afectos a Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos”. El ordenamiento tenía como fin dar término a las concesiones otorgadas y transferir definitivamente al Estado los bienes, instalaciones y equipos incorporados a todas las fases de la industria petrolera. Sancionada la Ley, el presidente Carlos Andrés Pérez, aprovechando el nacionalismo en auge, en 1974 dictó el Decreto N° 10, cuyo artículo 1º establece: “la creación de una Comisión Ad honorem con el objeto garantizar que el Estado asumiera el control de la industria petrolera.”
Por ello, en 1975 se aprobó la denominada “Ley Orgánica que reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos”, en la que se establece que: “Se reserva al Estado, por razones de conveniencia nacional, todo lo relativo a la exploración del territorio nacional en busca de petróleo, asfalto y demás hidrocarburos; a la explotación de yacimientos de los mismos, a la manufactura o refinación, transporte por vías especiales y almacenamiento; al comercio interior y exterior de las sustancias explotadas y refinadas, y a las obras que su manejo requiera, en los términos señalados por la Ley. Como consecuencia de lo dispuesto en este artículo, quedarán extinguidas las concesiones otorgadas por el Ejecutivo Nacional.”
Nacionalizada la industria, se tenía una proliferación de normas que dificultaban la operación; además, había colisión entre normas. Esta situación dio origen a la necesidad de dictar una ley para ordenar e incorporar en un solo texto las materias comprendidas en la referida legislación, para evitar las frecuentes y complicadas interpretaciones de normas legales contradictorias.
Para atender lo anterior, en el 2001, se promulgó la denominada “Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH)”, que tiene por objeto regular todo lo relativo a la exploración, explotación, refinación, industrialización, transporte, almacenamiento, comercialización, conservación de los hidrocarburos, así como lo referente a los productos refinados y a las obras que la realización de estas actividades requiera, en consonancia con lo establecido en el artículo 302 de la Constitución de Venezuela, que establece que el Estado “se reserva las actividades petroleras por razones estratégicas y de conveniencia nacional.”
La LOH regula las actividades de exploración en busca de yacimientos de hidrocarburos, la explotación de dichas sustancias y la recolección, transporte por vías especiales y almacenamiento que están reservadas al Estado. Además, reserva de igual manera, todo lo relativo a refinerías existentes, así como sus ampliaciones y mejoras futuras, para garantizar el abastecimiento del mercado interno.
La ley dispone que las nuevas refinerías deben dar cumplimiento a las condiciones en ella previstas, entre otras, sujetarse a un plan y obtener previamente una licencia por parte del Ministerio de Energía y Minas, y su objeto estará dirigido principalmente a la exportación, utilizando tecnología de conversión profunda y no contaminante.
En nuestros días, el marco jurídico energético venezolano ha contribuido para que Petróleos de Venezuela (PDVSA), se posicione como la séptima corporación más importante en exportaciones, la cuarta más grande del mundo, la mayor empresa petrolera de Latinoamérica y tenga fuertes indicadores para lograr producir 5 mdbd en el 2012; además, es fundador de la organización que controla el 75% de las reservas de hidrocarburos del mundo y el 45% de la producción mundial, y lo que es contundente, los venezolanos pagan la gasolina más barata del mundo. Y en todos estos logros el derecho energético ha sido pieza fundamental.
ii) Posición de Venezuela
A pesar de que Venezuela se caracteriza por su economía cerrada, en el caso del petróleo, la visión es diferente. De facto, las principales estrategias de PDVSA se van dibujando hacia el exterior y sus relaciones comerciales le han generado beneficios prósperos.
Por ejemplo, en el tema de refinación. En nuestros días PDVSA es la tercera empresa que refina más petróleo en el mundo (3 mdbd). El inventario estratégico cuenta con 24 refinerías, 6 de ellas en Venezuela y 18 en el exterior: en Estados Unidos, Europa y el Caribe.
Además, ha establecido negociaciones con China, principalmente en el incremento de suministro de petróleo, el abastecimiento de tecnología de punta y la creación de una empresa mixta para la explotación en la Faja del Orinoco venezolano.
El interés de China se debe al descubrimiento de nuevas reservas petroleras en la Faja del Orinoco, en un área de 55 mil kilómetros cuadrados. Se calcula que el hallazgo representa unos 316,000 mdb, lo que posicionará a Venezuela como el país más importante en reservas petroleras, muy por encima de los países de Medio Oriente.
China consume 6 mdb y su producción interna significa algo más de la mitad; por lo tanto, China requiere un país socio como fuente de importaciones, expresó en un boletín de prensa, Ju Yijie, embajador de la República Popular China. “…ciertamente, el mercado natural para Venezuela es el continente americano, pero otros mercados como Japón, China e India, pueden generar expansión y buenos resultados”, señaló el diplomático.
iii) Coordenadas de política energética
Estos hechos demuestran fehacientemente que Venezuela, puede obtener mayores beneficios si se abre al mundo, ya que integrarse a la globalización, significa poner en marcha el motor que produce menos pobres y más riqueza, y por lo tanto, una mejor calidad de vida para los gobernados. Venezuela debe adaptarse a una nueva realidad económica, alejada de dogmas y del discurso populista, que solamente confunden la realidad.
Por ello, es urgente que los venezolanos modifiquen su modelo económico, pues su política cerrada, lejos de beneficiarle, la conduce hacia un triste pasado. En la actualidad Venezuela está posicionada en el lugar 174 de 179 países según el reporte del Índice de Libertad Económica, lo que los convierte en uno de los países con menor atracción para establecer negocios. Entre los aspectos normativos que el reporte menciona y que pudieran retrasarlos en materia comercial están: las restricciones de importación, múltiples barreras de acceso al mercado de servicios, altos impuestos, corrupción (ocupa el lugar 162 de 180 países en el Índice de Transparencia Internacional), controles de divisas y debilidad en los derechos de propiedad intelectual. Por si fuera poco, el Poder Judicial es controlado por el Ejecutivo y el sistema legal discrimina a los inversionistas a favor o en perjuicio según se trate de la nacionalidad.
Por todo lo anterior, es urgente que la política chavista sea examinada, porque se ha desmotivado profundamente a los inversionistas extranjeros para establecer activos en Venezuela, situación que lo único que ha generado, es negarle la oportunidad a su Nación para generar empleos, prosperidad y mejorar la calidad de vida de los suyos. La clase empresarial internacional se muestra desinteresada además, por el retiro de Venezuela a los procesos de integración como la Comunidad Andina de Naciones, el Mercosur, el impulso a proyectos como Telesur, el Banco del Sur y hasta una OTAN Sudamericana, la retórica antiestadounidense, la compra de armamento, los contactos con China y Rusia y las expropiaciones, todas éstas son argumentos sólidos para no invertir en Venezuela. (Gonzalez, E.)
La política energética venezolana debe ser nacionalista e incluyente. Nacionalista porque debe concentrarse en alcanzar altos grados de rentabilidad para generar el crecimiento que tanto requiere la Nación; incluyente porque se requiere converger con el sector empresarial: fortaleciéndolo, incentivándolo y garantizándole un estado de derecho. Si ambos funcionan, se generarían beneficios macroeconómicos superiores y por lo tanto, Venezuela podría transitar en las grandes ligas del comercio mundial y actuar como una verdadera potencia energética. Resulta evidente, que de lograrse estas acciones, sobrarían los discursos, dogmas y populismo, que tanto daño hacen a la sociedad.
Al MARGEN: Con respeto y gran afecto, deseo que los lectores de Global Energy, realicen cuanto propósito y anhelo tengan a bien proponerse durante el año 2010, con entera salud y felicidad.